Shane McMahon tenía el poder de RAW, durante un día tras su pelea en WrestleMania, y el gran apoyo recibido por parte del público tras el mismo a pesar de la derrota, por haberse dejado la piel ante Taker, su mayor obra de arte fue, declarar un combate fatídico a cuatro entre Sami Zayn, Kevin Owens, Chris Jericho y Aj Styles, para definir el rival, de Roman Reigns al título...
Tras el anuncio de una lesión de Sami, que no le permitía participar, el propio Shane, dio orden de que siguiera siendo un combate a cuatro, la sorpresa fue mayúscula cuando sonó la típica sirena del Suizo, y el público recibió al mismo con los brazos abiertos, y este respondió al cariño del público, con grandes acciones, y su papel sobre el ring a pesar de no poder conseguir la victoria, parece haber vuelto en forma, a pesar de tanto tiempo de espera en el dique seco...
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